Presupuestos sensibles al género

13/05/2011 - Argentina 

 

De izq a der: Gamba, Rodriguez Enriquez y Coello

El Programa Regional de Presupuestos Sensibles al Género de ONU Mujeres trabaja en América Latina apoyando el diseño, monitoreo y análisis de los presupuestos desde una perspectiva de género. Raquel Coello, economista y coordinadora del programa explica como la adopción de políticas económicas sensibles al género permitirá avanzar en el camino de la igualdad. 

Raquel Coello es economista y especialista en Género y Desarrollo. Desde 2005 coordina el Programa Regional de Presupuestos Sensibles al Género en América Latina de ONU Mujeres. El objetivo del programa es incidir en la incorporación de la dimensión de género en la política económica de América Latina. Varias organizaciones de mujeres y algunos gobiernos locales en cinco países: Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Honduras, Perú y Uruguay, recibieron su apoyo en experiencias exitosas de presupuestos sensibles al género. Entre los logros del programa figura la incorporación de la dimensión de género en el diseño presupuestario de Ecuador, que entre 2009 y 2010, duplicó el gasto destinado al cumplimiento del plan de igualdad de oportunidades. 

El mes pasado dio una conferencia en el marco del seminario 'Presupuestos Sensibles al Género', organizado por la Escuela Sociopolítica de Género y la Fundación Agenda de las Mujeres en el Salón Auditorio del Anexo del Honorable Senado de la Nación. Participaron también Corina Rodríguez Enriquez, economista, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y del Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas (CIEPP); Noemí Chiarotti, de Indeso de Rosario y María Bianchi, Experta en Género y Desarrollo y Consultora de Genero en la Unidad Temática de Genero de la Red de Mercociudades, Uruguay. 

Susana Gamba, coordinadora ejecutiva de la Escuela y presidenta de la Fundación, señaló la importancia de incorporar la dimensión económica en la lucha por la equidad de género: 'En temas de género se han logrado avances en legislación, en políticas públicas, pero sabemos que si no hay presupuesto estos avances no pueden implementarse'. 

Luego del seminario, Coello conversó con Artemisa Noticas. 

-¿En qué consisten los presupuestos sensibles al género? 

Los presupuestos sensibles al género (en siglas PSG) son aquellos que asignan los recursos económicos con el objetivo de lograr la equidad de género. Nos referimos a los diseñados a partir de dos premisas: La primera consiste en tomar en cuenta que los hombres y las mujeres están en situaciones diferentes y que estas situaciones diferentes implican muchas veces desigualdad. Si el presupuesto, la herramienta más poderosa de la política fiscal, se formula teniendo en cuenta esas desigualdades, puede asignar los recursos necesarios para superarlas. La segunda premisa es que la política económica y su principal instrumento, el presupuesto, tengan en cuenta el trabajo de cuidado, que en general está a cargo de las mujeres y es el que permite la reproducción de la fuerza laboral. Muchas veces los recortes presupuestarios disminuyen los fondos asignados a este sector; por ejemplo cuando se disminuye el tiempo de internación en un hospital. En estos casos, este gasto en alojamiento, atención sanitaria e insumos que no es asumido por el Estado pasa a las familias y en general es asumido por las mujeres en forma de trabajo no remunerado. Cuando hablamos de presupuestos sensibles al género, buscamos que ese tipo de decisiones no se tomen o que si se toman lo hagan teniendo en cuenta su repercusión en la vida de las mujeres. 

Hay que señalar también que no siempre un presupuesto que contemple una inversión destinada a las mujeres se considera sensible al género. Hay medidas o programas de los que aparecen como beneficiarias que no provocan una mejora sustancial en sus condiciones de vida y a veces también refuerzan los estereotipos de género. 

-¿De qué manera beneficia a la economía global la adopción de este tipo de presupuestos ? 

Muchas veces las medidas de recorte que toman los estados en relación al presupuesto pueden acabar siendo más perjudiciales para la economía: Si yo tengo una persona enferma a mi cargo y tengo que atenderla en mi horario laboral, esto va a suponer que yo no voy a poder ir a trabajar. Si no puedo ir a trabajar, no voy a tener ingreso y no voy a poder consumir. Si el estado deja a exclusivamente a las familias y por ende a las mujeres cargo del sector de cuidados, disminuye el tiempo del que estas disponen para salir al mercado, para producir, para generar ingresos y para activar el consumo. En una escala macroeconómica si la renta individual disminuye lo hace también el PIB del país. Una política económica que apunte por ejemplo a trabajar en programas en los que los estados se hagan parte del cuidado de las personas dependientes, lo niños, los enfermos, redundará en beneficios para al desarrollo económico del país. Es necesario que los estados asuman la corresponsabilidad de una parte del trabajo de cuidado, sin el cual el sistema económico no puede sustentarse. 

-¿Qué acciones planifican llevar a cabo en Argentina? 

En Argentina trabajamos a nivel local en Rosario, apoyando la participación de las mujeres en el presupuesto municipal, pero aún no iniciamos el trabajo en la instancia nacional. Hasta el momento sólo avanzamos en conversaciones con legisladoras y con cancillería. Consideramos que en el país están dadas las condiciones para impulsar políticas económicas sensibles al género, hay apertura hacia los temas de género y existen algunas iniciativas de legisladoras en relación a presupuestos con perspectiva de género. Creemos que en el país la prioridad hoy es la ejecución de la ley de Violencia de Género, queremos ver como se asignan los recursos para que se cumpla la ley. 

Desde el programa, lo primero que se haría en Argentina es revisar la ley, ver que tareas son necesarias para ejecutarla, ver qué instituciones son responsables de esas tareas y entrar al propio proceso presupuestario: cómo se formula el presupuesto, entender su lógica y ver como a eso le podemos aportar algunos elementos para que este presupuesto se arme con esta manera de mayor equidad. 

En general solemos trabajar con los procesos tal y como están definidos, a veces no es necesario crear oficinas o programas nuevos sino organizar y adaptar los que ya existen. Algunas inversiones son específicas y adicionales, pero hay una gran parte del trabajo, la mayoría, que se puede logara repensando las estructuras actuales. En el caso de la ley de violencia quizás la inversión sea pequeña, fundamentalmente en formación. Parte de su ejecución puede llevarse a cabo a través de servicios que ya existen y en ese caso habrá que formar a los tribunales para una adecuada implementación de la ley. 

Para mayor información: http://www.artemisanoticias.com.ar/site/notas.asp?id=5&idnota=7464


 

Una ley para el empleo doméstico

05/05/2011 - Argentina 

 

El senado aprobó el proyecto “en general”.

La Cámara de Senadores aprobó en general y por unanimidad un proyecto de ley que establece un nuevo régimen de trabajo para el personal de casas particulares, pero, por discrepancias en cuanto al articulado, postergó su tratamiento en particular. El proyecto original había sido presentado por el Poder Ejecutivo en la Cámara de Diputados, donde se aprobó con modificaciones. 

El proyecto amplía los derechos a vacaciones pagas, aguinaldo e indemnización por despido y limita la jornada laboral a ocho horas diarias y 48 semanales. 

La normativa fue aprobada con el voto de 48 legisladores de todas las bancadas. Pocas horas antes, en la Comisión de Trabajo y Seguridad Social se había reconocido que había diferencias en dos artículos, por lo cual se decidió postergar el tratamiento en particular para el 1º de junio y, mientras tanto, efectuar consultas con los diputados que impulsaron el texto. 

El senador Alfredo Martínez (radical, provincia de Santa Cruz), presidente de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social, defendió el proyecto; también lo hicieron los senadores por el Frente para la Victoria Miguel Pichetto (Río Negro), Ana Corradi (Santiago del Estero), Blanca Osuna (Entre Ríos), Elida Vigo (Misiones), Teresita Quintela (La Rioja) y María Rosa Díaz (Tierra del Fuego). 

En cambio, pidieron modificaciones los senadores Gerardo Morales (titular del bloque radical) y Liliana Negre (justicialista de San Luis). 

La senadora Osuna destacó que la medida beneficiará a una población de entre 800.000 y 1.500.000 personas, la inmensa mayoría mujeres, y la consideró “un gran avance de los derechos humanos”. 

El proyecto –que abarca también a quienes se dedican al cuidado de personas– incluye la ampliación de los derechos a vacaciones pagas, licencia por maternidad, aguinaldo e indemnización por despido, que se duplicará con relación a los niveles actuales. También requiere que los empleadores contraten un seguro de accidentes. 

La norma limita la jornada laboral a ocho horas diarias, con un tope de 48 horas semanales y “un descanso semanal de 35 horas corridas a partir del sábado a las 13”. El proyecto legisla sobre el pago de horas extra y francos trabajados. Prohíbe la contratación de menores de 16 años y fija topes en las jornadas de quienes tengan entre 16 y 18 años. 

El senador Martínez destacó que el proyecto procura modificar un “decreto-ley” de 1956, establecido por la dictadura del general Pedro Eugenio Aramburu, que todavía sigue rigiendo las relaciones laborales de quienes trabajan en casas particulares. 

El senador Morales pidió que a la reunión de comisión del próximo martes sean invitados funcionarios del Poder Ejecutivo, que presentó el proyecto inicial, y legisladores de la Comisión de Trabajo de Diputados, que lo modificaron. 

El lunes pasado, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, reclamó la aprobación del proyecto. 

Para mayor información: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-167598-2011-05-05.html 


 

Argentina: Las licencias se extienden para los dos

20/04/2011 - Argentina 

 

Crédito foto: www.planetaius.com.ar

En los últimos dos meses, varios organismos de distintos puntos del país extendieron las licencias por maternidad y paternidad. Las licencias de las mujeres siguen siendo mucho más extensas que las de los hombres pero ellos empiezan a aparecer como actores en el escenario de las responsabilidades compartidas. ¿Un debate que se instala? 

La noticia la alegró. Cursando su quinto mes de embarazo, Andrea Plotquin, abogada y empleada de la Legislatura porteña, se enteró que iba a tener más días para estar con su bebé. En la preparitaria de marzo, se logró la extensión de la licencia por maternidad para las empleadas de la casa, de 90 a 120 días, y la licencia por paternidad pasó de dos a ocho días hábiles. Se espera que a fines de abril se logre extender la licencia por paternidad a 30 días, según informó Pablo Gennaro, Secretario General de la Asociación de Trabajadores del Estado ATE- Legislatura. 

'Nos parece justo que el papá acompañe a la mamá en el nacimiento de su hijo', dijo Gennaro. La medida alcanza a unos 2200 trabajadores y trabajadoras. Esto sin embargo, no beneficiará a su marido, que trabaja en una empresa privada y tiene solo dos días para acompañar el nacimiento y los post de su segundo hijo. 'El se guardó vacaciones para poder quedarse al principio, sobre todo porque tiene que ayudarme con el mayor. Para mí sería muy necesario que tenga más licencia para disfrutar de su nuevo hijo también', dice Andrea con 34 años, pensando ya en lo que se le avecina. 

La Legislatura de Córdoba también aprobó en marzo una ley que otorga seis meses de licencia por maternidad a las empleadas públicas de la provincia, además de las docentes públicas y privadas. También se extendió la licencia de dos a ocho días para los padres del sector estatal. Esta iniciativa fue impulsada por Alejandra Vigo, secretaria de Inclusión Social y Equidad de Género de la provincia y esposa del gobernador Juan Schiaretti. 

El Consejo Superior de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) había aprobado en febrero la extensión de la licencia para las madres de tres a siete meses y medio, y para los padres de tres a 30 días corridos posteriores al nacimiento. En el caso de adopción, las trabajadoras de la Universidad tendrán derecho a una licencia con goce de haberes de 180 días a partir de la fecha de otorgamiento de la tenencia, mientras que para el trabajador la licencia se extenderá por 30 días. La nueva normativa ampara también a las familias homoparentales. 

Además, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) aprobó extender las licencias por maternidad a 180 días y por paternidad, a 15 días hábiles, con la novedad de que si la madre decide interrumpir ese período, los días restantes podrán ser utilizados por el padre en caso de que éste también sea personal de la UNC. 

En la Red Informativa de Mujeres de Argentina el tema ya estaba en debate. 'Yo sigo sin entender por qué se sigue extendiendo la licencia por maternidad y no la de paternidad. En esas condiciones, la discriminación laboral va a ser cada vez peor. Y pedir eso a nivel nacional es aberrante. Con seis meses de licencia, ni de casualidad un o una empleador-a va a elegir contratar a una mujer', decía una colistera, poniendo el eje en uno de los nudos más complejos en torno al cuidado de los niños y a las responsabilidades compartidas o no entre mujeres y varones. 

Está demostrado que las licencias no generan demasiados gastos para los empleadores, sobre todo para las grandes empresas u oficinas del estado, sin embargo ese mito sigue sosteniéndose. Y en el día a día, cuando hay que pelear por mantener el puesto de trabajo a la vuelta de la licencia o hay que soportar presiones de los propios compañeros o jefes, las mujeres muchas veces padecen ese derecho. 

En el municipio de Morón ya han evaluado las sutilezas que pueden tener políticas de este tipo en la vida de las empleadas y los empleados. Allí desde el 2009 los hombres tienen un mes de licencia y las mujeres 210 días, un mes antes y seis meses después. 'Lo que no queríamos es que generaran un impacto negativo para las mujeres jóvenes, que por siete meses pueden llegar a no estar. Lo que hicimos es abrir la posibilidad de que las áreas puedan contratar a alguien que las suplante por siete meses. De todas maneras hay algunas mujeres que la cortan, no se toman todo el tiempo que les corresponde, existe esa posibilidad. Los varones se la están tomando más que antes. Tenemos dos casos de matrimonio igualitario en Morón que ya están cobrando la asignación por pareja. Y el tema que estamos discutiendo ahora es qué pasa con dos mujeres empleadas municipales, ¿las dos con licencia de maternidad, o una de maternidad y otra de paternidad? Son temas que van apareciendo', explicó Delia Zanlungo Ponce. 

Licencias para quiénes 

¿Pero qué pasa con las mujeres y los hombres que no tienen la suerte de trabajar en estos espacios con licencias extendidas? En Argentina la ley nacional 20.744 de contrato de trabajo estipula 90 días de licencia para las mujeres y dos para los varones. 

Estos avances acotados de algunas jurisdicciones o espacios laborales específicos van mucho más allá, por eso no está demás preguntarse por qué no se modifica la legislación nacional en este sentido. De lo contrario se sigue sosteniendo la arbitrareidad de contar o no con el beneficio, con más o menos días, según el trabajo que te toca en suerte. El caso más extremo es el de las trabajadoras domésticas que no tienen ningún derecho en relación a la maternidad, aunque hay un proyecto de la presidenta Cristina Fernandez que ya tiene media sanción para que puedan tener los mismos derechos que el resto de las mujeres. 

Por otro lado, el otro problema que se plantea es que gran parte de los trabajadores y especialmente las mujeres que trabajan, no están en 'blanco' y en esos casos es muy difícil sino imposible acceder a la licencia. Cuando Andrea estaba embarazada de su primer hijo, trabajaba en un estudio jurídico todo el día y estaba en 'negro'. 'Me tomé los tres meses de licencias que me correspondían más tres más de excedencia sin cobrar. Me respetaron porque mandé telegramas para cubrirme', cuenta. Después renunció: 'Yo no quería volver porque era un trabajo muy estresante de todo el día y no iba a poder faltar nunca por el nene, ni hacer adaptación para el jardín ni nada'. 

Según datos de la Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales. Dirección General de Estadísticas y Estudios Laborales (MTEYSS), en el cuarto trimestre de 2006, el 42,0% de la población urbana ocupada tenía un trabajo precario, en el que no se les realizaban los aportes y contribuciones al sistema de seguridad social. Entre ellos, las presencia de mujeres es más alta que la de varones: prácticamente la mitad de las mujeres (47,3%) se desempeña en este sector en la actualidad, en contraposición al 37,7% de sus pares masculinos. 'Si se analiza el interior del grupo de las mujeres, se comprueba que son las madres quienes se encuentran en situación de desventaja respecto a las que también son jefas de hogar o cónyuges, pero no tienen hijos… La mitad de las madres asalariadas no están registradas, contra el 32,3% de las mujeres jefas de hogar o cónyuges que no tienen hijos. Esto significa que a la brecha de género que existe en la precariedad laboral en desventaja de las mujeres respecto de los varones, se debe adicionar la desigualdad intragénero en detrimento de las madres. Finalmente, son ellas quienes continúan siendo las principales responsables del cuidado', dice Carina Lupica en el informe Trabajo decente y corresponsabilidad de los cuidados en Argentina, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). 

Políticas de cuidados 

Las licencias por maternidad y paternidad se enmarcan en lo que se llaman políticas de cuidado. Lo que ha sucedido históricamente es que estas políticas han estado destinadas únicamente a las mujeres. Esto sirvió para consolidar la división sexual del trabajo, en la que las mujeres se quedan en casa y los varones salen a trabajar. Pero ya hace al menos tres décadas que las mujeres han salido masivamente al mercado laboral y esa división está en crisis, poniendo en tensión el trabajo de los cuidados: ¿Quién se ocupa de lo que ellas antes hacían por sus familias y en sus casas? ¿Lograron que sus parejas se hicieran cargo de parte de las tareas del hogar? ¿Recibieron apoyo del Estado? ¿Y de sus empleadores? En Argentina, como en América Latina, la normativa y las políticas de conciliación entre la vida laboral y la familiar se han centrado en dos aspectos: en la protección de la madre trabajadora, fundamentalmente en el período de embarazo, parto y lactancia; y en la educación básica. 

En cuanto a este último punto, los empleadores deben habilitar salas maternales y guarderías cuando tienen 50 trabajadoras ocupadas, pero esta norma nunca fue reglamentada y se aplica en contados casos. Así es como hoy algunas feministas se siguen preguntando ¿dónde quedó la lucha por los jardines maternales de calidad para todas las madres y padres? 

El Estado mismo suele incumplir, como es el caso del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, al que en febrero de este año el Tribunal Superior de Justicia le impuso al gobierno de la ciudad el compromiso de abrir 6 mil vacantes en jardines y maternales para niños, niñas y bebés antes del 2012. 

Además, muy pocas empresas van más allá de lo que obliga la ley. En el mismo informe Lupica dice que en general: 'Se limitan a cumplir o extienden mínimamente los derechos estipulados por la ley: servicios de guarderías, salas de lactancia, licencias de maternidad y paternidad. Así, por ejemplo, Unilever instaló salas de lactancia materna en las nuevas instalaciones de la empresa; Santander Río realiza un aporte no remunerativo a los empleados y empleadas con hijos/as menores de cinco años para el servicio de cuidado infantil particular o institucional; Coca-Cola implementa una política de reincorporación paulatina de las madres después del período post-natal; Roche y Microsoft extienden las licencias por maternidad más allá de lo establecido por la ley'. 

Como se ve, falta mucho por hacer en este campo. Lo principal, pareciera, es instalar este debate en la sociedad y en la agenda política del país. En el documento 'Género y mercados laborales en América Latina', la economista Alma Espino, plantea entre sus recomendaciones algo que es consenso de especialistas en la temática: 'es importante visualizar el valor del trabajo doméstico y transformar la concepción del cuidado como una responsabilidad única de los hogares y las mujeres, y reconocer que es una actividad de la sociedad y que la carga debe ser redistribuida entre el Estado, el mercado y las diversas formas de familia'. Tan justo y difícil como eso. 

Más información: Propuestas para el cambio 

Por Sonia Santoro* 

*Este artículo se enmarca dentro del proyecto América Latina en perspectiva de género II, que se realiza con el apoyo del C3, la unidad regional de análisis de la comunicación para América Latina de la Fundación Friedrich Ebert Stiftung (FES) de Colombia, en asociación con el área de género de la FES GENERO y la Asociación Civil Artemisa Comunicación en Argentina. 

Con él, buscamos producir y difundir notas de autor(a), con enfoque de género, de 15 países de América Latina. Para eso contactaremos a 15 periodistas de distintos países del continente para que relaten con personalidad y sensibilidad un aspecto de lo que sucede en sus países. 

Para mayor información:
http://www.artemisanoticias.com.ar/site/notas.asp?id=6&idnota=7442